Super descubrimiento


¡Hey!

Hace ya un tiempo que no escribo y la verdad es que tampoco tenía mucho que contar. No es que haya dejado de salir pero es que tampoco había hecho nada nuevo e importante. Pero esto cambió el lunes. Este lunes, fue el primer día que tenía la tarde libre por primera vez en mucho tiempo y decidí hacer algo de mi lista de deseos y en mi lista de cosas que hacer antes de los 30 años. Ir al cine sola.

EXPERIENCIA POSITIVA

Antes de que me pasara todo esto yo siempre he sido muy independiente, siempre hacía todo sola (siempre y cuando fuera posible claro) y nunca me ha importado lo que pensaran los demás sobre esto. Pues estoy retomando un poco esa faceta, poco a poco, a medida que voy mejorando mentalmente. Ir al cine solo es un gran tabú, y personalmente no he entendido nunca porqué. De hecho, es algo que quiero hacer desde hace tiempo porque en mi grupo de amistades nadie salía al cine y por eso llevaba años sin ir. Es cierto que el cine, por lo menos en España, se ha convertido en algo que parece que sólo pueden disfrutar los ricos debido a los altos precios de las entradas, pero de ahí a no ir nunca... Me he perdido muchas películas por culpa de esperar a que apareciera alguien que se apuntara...

Ir al cine sola ha sido todo un descubrimiento. La verdad, soy una persona bastante asocial, y el ir sola ha sido una experiencia mágica. No había nadie molestándome ni comentando la película cada dos por tres, ni haciendo ruido constantemente. No me sentí incómoda ni nada de nada. 

NO TODO HA SIDO UN CAMINO DE ROSAS

Aunque ahora hable de lo bien que lo he pasado yendo no significa que fuera fácil.Cuando decidí que iba a ir empecé con el tembleque. Además justo cuando salía me empezó a bajar el azúcar bastante rápido, lo que lo hizo un poco más difícil. Para legar al cine, tuve que coger en coche y salir a la nacional. Algo que tampoco se me hace fácil. Cuando llegué al cine ya iba un poco más tranquila. Compré la entrada y me metí en la sala de cine. Al sentarme volví a estar bastante nerviosa. No es que la sala estuviera llena de gente ni nada pero supongo que era el hecho de verme ahí y de pensar que ya no había vuelta atrás me hizo sentir así. Pero por suerte, antes de que apagaran las luces ya había conseguido tranquilizarme. Al apagarlas volví a ponerme nerviosa, pero esto duró sólo un para de minutos. Al final, conseguí ver la película tranquilamente. 

RECOMIENDO

Finalmente, me gustó tanto la experiencia que volveré a ir sola seguro. Me he cansado de esperar a que mis horarios coincidan con los de los demás o de que la gente prefiera gastarse el dinero en alcohol. No digo que haya que ir todos los días, pero de vez en cuando no hace daño. Recomiendo a todo el mundo que viva la experiencia de ir solo al cine. A ver qué os parece.

Espero que os sirva. Avanzar en esto de la agorafobia merece la pena por muy difícil que sea al principio, al final se sale. 

Comentarios