Retrospectiva

Bueno, empezamos año nuevo y retos nuevos por delante pero hoy quiero comentaros mi experiencia de estas Navidades en relación con las del año pasado, para ver cómo he avanzado.  

Tengo que decir que estoy sorprendida de todo lo que he avanzado. Durante las últimas fiestas de Navidad estaba en plena crisis agorafóbica, es decir, en ese momento no era capaz de salir de casa más allá de 2 pasos de la puerta de mi casa y había días que ni eso era capaz de avanzar. Para que os podáis hacer una idea de cuál era mi situación, lo máximo que llegaba a estar fuera de casa por estas fechas eran 5 min (si tenía el día de suerte).  Todavía me pongo nerviosa al pensarlo. Hacía poco más de 2 meses que había comenzado con Agorafobia y fueron unas fechas muy, muy duras.

En mi familia es tradición ir a comer y cenar con toda la familia durante los días más importantes de las Navidades: Nochebuena, Navidad, Nochevieja, Año Nuevo y Reyes. Estos días como mínimo, y en mi caso en particular tengo que desplazarme a otras casas y a otras ciudades todos esos días salvo Año Nuevo que sí se celebra en mi casa. Pues os podéis imaginar la que tuve que montar porque no podía salir de casa… En general, mi familia respondió muy bien y no pusieron problemas para venir hasta mi casa pero no fue todo tan fácil. En ese momento, tenía miedo incluso de que la gente viniera a mi casa. Fue muy frustrante mentalmente. Tenía que hacerme a la idea de que fuera como fuese por lo menos tenía que aguantar que mi familiar viniera a mi casa. Y no aguantar en un mal sentido sino tenía que ser capaz de soportar estar ahí, entre todos.


La mayoría de las Navidades me las pasé llorando, literalmente. Estaba siempre con mucha ansiedad y creo que mi cuerpo reaccionaba así, llorando para expulsar algo de eso. No recuerdo una época en la que haya llorado tantísimo. Y el azúcar… Bueno, no me bajó de 300 durante todas las Navidades. No importa la insulina que me pusiera, tenía tal ansiedad que era imposible bajarlo. Esto por supuesto no ayudaba una mierda… Es increíble lo que te puede trastocar la ansiedad, la cabeza, en cuanto acabaron las Navidades todo volvió a la normalidad.

Al final, conseguí superar las vacaciones navideñas, pero por los pelos. Cada vez que venía gente a casa me sentía tan mal que no podía parar de temblar, tenía un mal estar impresionante y por supuesto me daba por llorar. Y si tienes familiares pequeños, como en mi caso, te sientes todavía peor porque no quieres que te vean así para no asustarles lo cual te lo pone más difícil.

La hora de comer era lo que peor llevaba de todo, porque implicaba muchas cosas, tenía que ver qué iba a comer, contar raciones, intentar que fuera “sano”, ponerme la insulina correcta y correctamente (todavía la técnica me fallaba a veces), sentarme entre un montón de gente y comer (la acción propia). Son muchas cosas que para alguien que no tiene Agorafobia o algún problema de ansiedad ni piensa, pero en mi caso todo suponía un reto.

Este año sin embargo he hecho de todo. No me he perdido ni una comida ni una cena, he salido de fiesta con mis amigos e incluso trabajé en Nochevieja de camarera (no es que me matase a trabajar pero ahí estaba). Es verdad que me ponía un poco nerviosa pensar en ciertas situaciones, pero nada que no pudiera soportar y que no se me pasara pronto. Lo peor, lo más difícil, fue la comida de Reyes. Nos reunimos toda la familia de mi padre para comer en un restaurante, este año éramos 29 personas en una mesa y además el restaurante estaba petado, de hecho, donde siempre nos ponían habían añadido una mesa más justo a nuestro lado. Fue un poco un reto ya que tuve que convencer a mi familia de que me dejaran sentarme en una esquina de la mesa (tener que explicar por qué me hizo sentir como una estúpida, pero de verdad que mi familia lo entendió rápido, cosa que agradezco muchísimo), lidiar con la presión de la otra mesa que encima eran unos maleducados, y esperar mi comida… Menos mal que no me dio por ponerme la insulina cuando me trajeron el pan porque el plato principal me lo trajeron una hora más tarde (sin posibilidad de ingerir ningún otro hidrato) y encima la última. Todo el mundo empezó a comer y yo que lo necesitaba más terminé la última. No sé si lo he comentado ya, pero tengo una suerte de mierda y este es un ejemplo de ellos.
Pero como conclusión, a pesar de todo esto último, estoy muy contenta del avance que he hecho en un año. Soy la puta hostia jajaja.

UNA ÚLTIMA COSA

Además de todo esto mañana empiezo las prácticas. Al tener que dejar de trabajar y no saber cuándo iba a ser capaz de reincorporare al mundo laboral decidí estudiar otra carrera. Mañana será mi primer día de profe de Primaria. La verdad, estoy nerviosa pero no creo que mucho más que los otros 3 años que he tenido las otras prácticas. Estoy muy ilusionada y emocionada. Sé que mañana puede ser un día difícil y duro porque no sé cómo voy a reaccionar en una clase durante 5 horas en un entorno desconocido y teniendo que conducir sola durante un buen rato.
Por cierto, lo de conducir lo llevo bastante bien, pero he de decir que pillar atasco me pone muy nerviosa y todavía no sé por qué. Soy consciente de que en mi camino hasta el centro de prácticas voy a pillar atasco si o si asique mañana saldré bastante más pronto para ir con tranquilidad. De todas formas ya informé a mi tutor, fui la última semana de cole antes de Navidad para hablar con él y fue muy majo. Ya os contaré qué tal. 

¡Un saludo y mucho ánimo a todos que podáis estar en una situación así o parecida!

Feliz año


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